¿Para qué sirve el bostezo y por qué se contagia?
04/02/2025
Muchos animales bostezan, incluidos los humanos. La razón última de este gesto no está clara, pero lo que es seguro es que existe un efecto contagio: basta con ver a una persona bostezar para sentir el impulso de hacerlo. La ciencia ha descubierto por qué.
El bostezo es un gesto universal: se observa en diferentes especies del reino animal, entre ellas los humanos. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez para qué sirven los bostezos? Otra duda frecuente es por qué resultan tan contagiosos. La respuesta a este segundo interrogante cuenta con más consenso entre la comunidad científica, pero su utilidad sigue siendo una incógnita. Por supuesto, existen diversas hipótesis.
“A día de hoy no hay nada concluyente o que cuente con el consenso en la comunidad científica”, indica Laura Baliña, psicóloga sanitaria en Center Psicología Clínica y miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Incluso se aventura a afirmar que “puede ser que el bostezo no tenga ninguna función; no todo lo que tenemos, por biológico que sea, nos ayuda”.
Se suele conferir a los bostezos un significado negativo. Según Cristina Pérez, coordinadora del equipo de psicología de Siquia, “tendemos a pensar que, si estás hablando con alguien y bosteza, es porque se está aburriendo; pero no tiene nada que ver”. De hecho, añade, “en el ámbito sexual también aparecen los bostezos, y muy frecuentemente después del orgasmo”.
Otra prueba de que no se trata de un mero signo de cansancio o hastío es que se ha podido comprobar, gracias a la ecografía, que los fetos ya bostezan cuando se encuentran en el útero materno.
Hipótesis sobre la utilidad del bostezo
Entre las diversas hipótesis que se han investigado, hay una que destaca sobre las demás: la que sostiene que el bostezo cumple una misión de oxigenación. Según esta teoría, su función no sería desconectar, sino todo lo contrario: volver a ponerse en acción. “Al bostezar introduzco mucha cantidad de oxígeno, con lo cual el cerebro automáticamente se oxigena y se pone a atender”, expone Pérez.
También se argumenta que, si no fuera por el bostezo, no se reactivarían determinados grupos musculares que permiten efectuar los movimientos de la mandíbula. Al bostezar se pondrían en forma.
Asimismo, se comenta que serviría “para mantener el estado de alerta”, indica Baliña, quien recuerda que, si bien es cierto que algunas investigaciones parecían confirmar ciertas hipótesis sobre la función del bostezo, como la de la oxigenación, finalmente fueron refutadas por otros estudios.